La corrección con Núria ha resultado muy productiva y positiva, ya que la volumetría del edificio está claramente encajada y comienza a definirse, sin embargo hay varios puntos en los que hay que seguir trabajando.
Por lo que refiere a los usos, está bien la separación entre un programa más vinculado al barrio y el programa propio de biblioteca. En la planta baja, el bar podría estar volcado a la biblioteca en lugar del barrio, tener un concepto diferente del que se tienen en los demás bares de la zona, plantear estanterías dentro del bar en las que se puedan consultar libros, o incluso vender. El área infantil podría tener más relación con la plaza y quizás ayudarse del triple espacio para iluminarse, enriqueciendo la sección del edificio. La escalera que conecta la cota del barrio con el volumen de la biblioteca debería estar lejos del triple espacio y podría coincidir con el acceso que se produce por el paseo, así con menos personal poder controlar los dos accesos.
Faltan espacios para el almacenamiento de libros y éstos podrían estar en relación con la fachada del barrio, para así poder dejar la fachada que mira al mar y el triple espacio libres para colocar mesas de trabajo. Hay que cuestionar la colocación del núcleo de escaleras de incendios pequeño, el que hay más cerca de la calle San Carlos, que sí parece bien encajado en la planta baja pero no del todo con las demás.
A partir de aqui, el camino a seguir irá por trabajar más los espacios interiores, así como trabajar en el espacio exterior que sirven de accesos a la biblioteca.
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